LA OBRA MAESTRA No. 5

La Sangre que Cubre

Domingo, 8 de mayo de 2005

Rev. Brian Kocourek

 

Isaías 1: 18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

 

Vamos a inclinar nuestras cabezas en oración. Amoroso Bondadoso Padre venimos ante tu Presencia esta mañana en Reverencia y respeto a tu presencia venerable, y conociendo ciertamente que somos pecadores, salvados por tú Gracia y eso no funcionará a lo que haremos o pudiera alguna vez compensar a nuestra naturaleza pecadora. Pero tenemos la convicción de que el justo vivirá por la fe y por esa Fe nosotros tenemos entrada en esta Gracia en qué ahora estamos parados, y basado en tu Palabra Padre y la sangre de tu Hijo Jesús, ahora valientemente podemos venir a tu trono de Misericordia.

 

Padre pedimos en esta mañana que saques nuestros pensamientos de nosotros. Ayúdanos Padre dejar libremente nuestros propios pensamientos, como tu profeta dijo, “no tenemos pensamientos viniendo.” Por lo tanto Padre oramos que nos limpiaras a través del lavado del agua por la Palabra y dejar que entremos en tu presencia la cual es Vida, y absorber tu Vida de Dios en nuestros seres por la regeneración de la Palabra. Como tu Apóstol Pablo dijo en Tito Capítulo 3 y Versículo 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

 

Por eso Padre, venimos a ti esta mañana no sólo como nuestro Padre amoroso, sino también como nuestro Dios y Salvador, y te pedimos que nos impartirás a nosotros un entendimiento mejor de que podamos morar en tu Presencia hasta el tiempo de nuestra partida de esta tierra, y de entre la gente, por eso nosotros te pedimos esto en el Nombre de Jesucristo tu Hijo amado y Obediente en quien hemos recibido redención por Tu ofrenda de libre albedrío de Su Propia sangre. Amén.

 

Ahora, esta mañana me gustaría continuar con nuestro estudio del sermón de la Obra Maestra que hermano Branham predicó el 5 julio de 1964. Si tiene su libro con usted, volvamos a la primera página y encontraremos en el párrafo número 2. Este será nuestro quinto parte en esta serie.

 

Muy bien, leamos. LA OBRA MAESTRA 64-0705 2 Señor Jesús, Tú la – la Fuente, la Fuente inagotable de Vida, fluye a través de nosotros hoy, Señor, y límpianos de toda incredulidad y de todo pecado, que así podamos pararnos en Tu Presencia ahora mismo, sabiendo que hay necesidad entre nosotros, que... Sabemos que somos pecadores y no – no merecedores de ninguna bendición. Pero entonces, cuando pensamos en Aquel que vino y tomó nuestros pecados, entonces cuando Su Sangre está allí, no somos – no somos nosotros en la Presencia de Dios, es El; sólo es nuestra voz a través de Su Sangre; Su Sangre está hablando. Oh, Dios, entonces limpia nuestros corazones de pecado e incredulidad.

 

Esta mañana me gustaría hablar sobre estas palabras en la oración de apertura del Hermano Branham porque tiene una gran importancia para nosotros. Fíjense después de reconocer al Dios de toda la Vida, la Fuente inagotable de Vida, hermano Branham pide a este Gran Dios de Vida que la Vida “fluya” a través nosotros, y luego agrega, mientras esa Vida fluye por nosotros, pueda esto limpiarnos de toda nuestra incredulidad y todo nuestro pecado.

 

Ahora, es de esta limpieza que a mí me gustaría hablar en esta mañana. Estas palabras del Profeta vindicado por Dios que son maravillosos y que merecen mucha discusión sobre lo que nos dice aquí.

 

De manera que tomemos esta mañana algo de tiempo y miremos esta Vida de Dios fluyendo a través del creyente a no sólo producir la misma vida en el creyente, sino en el proceso que esta Vida producirá limpieza del creyente.

 

Ahora, es un hecho científico conocido que la sangre es un gran órgano que no sólo trae la nutrición del tracto digestivo a las partes diferentes del cuerpo para nutrir el cuerpo, sino también saca del área infectado que no está bien para el cuerpo y se lo envía a los riñones y el hígado para limpiar antes que se vuelva tétano o el cuerpo comienza el ciclo de nutrición todo de nuevo.

 

Ahora, la sangre del cuerpo que va a través de todo el cuerpo es como un gran río que fluye del Trono de Dios. Este río viene del corazón de un hombre como el Río de Vida que viene del trono de Dios. Tenemos un dicho, “la vida está en la sangre” porque en la sangre está nuestro ADN y el ADN es el gran sello de quienes nosotros somos. El ADN hace todas nuestras características y atributos del cuerpo y este ADN fluye por el cuerpo en la sangre entrando en las células y dándoles no solo la sustancia sino las características y atributos que hacen que actúen esas células y manifestar a la manera que se han ordenado hacer.

 

Por eso es que los hombres están tratando de usar las células del tallo e injertar la médula del hueso para ayudar a las personas cuyos sistemas inmunes no son lo que deben de ser. Ellos están esperando que por inyectar la sustancia que está en la médula del hueso, o las células del tallo es que podrán transferir esas moléculas del ADN al cuerpo y así para ayuda a la hermandad del cuerpo en resistencia a la enfermedad.

 

Y es lo mismo con Dios. Nos ha dado Su palabra en el que contiene Su Vida, porque Jesús dijo, “Mis palabras son espíritu y son vida.” Y estamos para recibir la Palabra implantada dentro de nuestro ser para producir la misma Vida que estaba en El al principio en nuestros propios cuerpos.

 

Santiago 1: 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

 

Ahora, hablando de esta palabra implantada, hermano Branham dijo:

 

TRATADO DE HACER A DIOS UN SERVICIO 65-1127B P: 144 Vamos a orar. O iglesia, aquí y a través de la nación, escuchen a su humilde siervo esta mañana, ¿lo harán? Miren en donde estaban hace algunos años atrás cuando primero esto comenzó. Ahora miren las personificaciones han capitalizado sobre esto, y grandes millones y billones de dólares han fluido en las organizaciones. ¿Ven? Aún muy lejos de la Palabra de Dios… Los edificios y las organizaciones no son el camino que Dios mueve Su Espíritu. Lo mueve allí mismo en Su Palabra para hacerle vivo. Y si Ud. fue ordenado desde el principio de la tierra a esa Palabra, cada Palabra vendrá sobre la misma Palabra. Como una célula humana no tendrá una célula humana, y el próximo la célula de un perro, y el próximo la célula de un gato; serán células humanas. Pero para empezar tienen que tener una célula. ¿Eso es correcto? digan, “Amén.” [La congregación dice, “Amén.” – Ed.] Bien, para comenzar si esta es la célula de la Palabra, las otras células son ordenadas para hacer un cuerpo completo de la Palabra. No sean niños, sólo en amor, sino sean hombres en Espíritu y en juicio. El juez le dirá si es Verdad o no. El juez dirá si es la Palabra de Dios o no. El juez dirá si es la hora del que si hablamos o no. El juez ha prometido estas cosas. ¿Ahora, son vindicados? Porque las cosas que no hay un ser humano podría hacerlo en el mundo. Pero llega a ser muy común para nosotros hasta que permitimos que fluya allí mismo más para nosotros. Espere, iglesia, espere.

 

LIDERAZGO 65-1207 P: 59 Y como un bebé formado en el útero de su madre, cuando el bebé viene en el, al útero de la madre, porque el germen pequeño, se arrastra en el huevo. No forma una célula un humano, el próximo un perro, y el próximo un gato, y el próximo un caballo. Son todas células humanas porque está construyendo de una célula humana original. Y cuando un hombre ha sido nacido de nuevo por la Palabra de Dios, predestinado a la Vida Eterna, llamado el Elegido, será la Palabra de Dios por sobre la Palabra, Palabra sobre Palabra. No un credo denominacional y luego una Palabra, y un credo; y no funcionará. No se puede tener esa levadura en esto. Una sola Vida Eterna, Jesucristo la Palabra.  “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.”

 

Y así que tomando en nuestros cuerpos Su Palabra el cual es Su Espíritu somos nosotros implantados Su Vida en nuestro ser, como el germen de la vida llegando en el útero y iniciando el proceso de la vida. Pero se tenía que haber estado en su mente antes que el mundo empezara a funcionar, porque la Palabra de Dios no puede venir en una simiente de la serpiente y producir la Vida de Dios. Pero cuando la Palabra de Dios viene en una Semiente predestinada puesto allí chispeará la Vida de Dios.

 

El Apóstol Pablo dijo en Efesios 2: 1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, Y de nuevo en Colosenses 2: 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

 

Por lo tanto sabemos como el hermano Branham dijo, cuando la palabra célula es amontonada sobre la célula de la Palabra que producirá la imagen del Hijo de Dios.

 

Romanos 8: 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

 

¿Y Cómo eso viene? Naciendo y mediante el mismo espíritu o la misma Vida como el Hijo de Dios nació.

 

Así como Pablo dijo en 1 corintios 12: 13 "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, " ¿De quién su Cuerpo? El cuerpo de Cristo, el Ungido.

 

Ahora, el problema que tenemos hoy es que la ciencia también tiene tratamientos para la enfermedad que envía químicos a través de nuestros cuerpos para matar las células enfermas. Nosotros llamamos a esto quimioterapia. Pero todo lo que estamos haciendo es envenenando el cuerpo entero esperando matar la células débiles y enfermizas antes que los químicos pueden matar las células saludables. Y todo lo que uno está haciendo es jugando con su vida, como jugar a la ruleta rusa.

 

Pero de lo que Hermano Branham habla, es de la misma Vida de Dios viniendo a nuestros cuerpos y fluyendo a través de nosotros hasta que nos limpia de toda incredulidad y pecado.

 

Pablo nos dijo que somos lavados por el lavado de agua por la Palabra, y David nos dijo: ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar la Palabra de Dios. De manera que hemos encontrado en nuestros estudios hasta ahora acerca de este gran mensaje La Obra Maestra que Dios envió Su Espíritu en la forma de la Palabra En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La misma Vida de Dios vino como Parte de la Palabra que salió de Dios la Palabra, y salió como el Logos que vino de Dios la cual el hermano Branham dijo fue una parte de Dios, y cuando vino en manifiesto como un Hijo, y en esta hora está para manifestar los hijos.

 

Y esta Vida de la Palabra que tiene que venir al creyente, o como hermano Branham oró a Dios que pueda fluir a través del creyente lo mismo como nuestros propia sangre fluye por nuestras venas, y Su petición a Dios fue que mientras fluía a través del creyente quitaría toda incredulidad y pecado de nuestras vidas, así como fluye la sangre por nosotros para hacer la misma cosa en nuestros cuerpos en carne.

 

Ahora, a mí me gustaría continuar leyendo de este sermón del Hermano Branham del párrafo número 2. LA OBRA MAESTRA 64-0705 2 Señor Jesús, Tú la – la Fuente, la Fuente inagotable de Vida, fluye a través de nosotros hoy, Señor, y límpianos de toda incredulidad y de todo pecado, que así podamos pararnos en Tu Presencia ahora mismo, sabiendo que hay necesidad entre nosotros,

 

Fíjense que la misma razón que oró por nosotros de limpiarnos de toda incredulidad y de todo pecado es para que podamos pararnos en la Presencia de Dios. Tan solo piense en eso. Tenemos que limpiar primero, para estar parados en la Presencia venerable de este Dios Santo. Porque El es Santo y es Espíritu y por lo tanto su Espíritu es Santo, porque El es el Espíritu Santo. Y El demanda santidad.

 

Una cosa que me ha molestado más que cualquier cosa a través de los años es la dureza de los creyentes. Reclamamos creer que Dios está aquí y todavía las vidas de los creyentes no reflejan lo que ellos reclaman con su lenguaje. La vida del Hermano Branham igualaba a lo que sus palabras decían. Vivió una vida que estaba muy enterado de la Presencia de Dios. Constantemente estaba informado de esa Presencia y hacia que viva correctamente, hablar correcto, y actuar correcto.

 

Oh, si la iglesia de Dios quienes claman ser Su Novia tendría tal conocimiento de la presencia Santa de Dios, ellos no dirían las muchas cosas que dicen, y no harían las muchas cosas que ellos hacen, y no pensarían o no dejarían tales pensamientos que aun entren en sus mentes tales cosas que ellos permiten en sus mentes.

 

Sí, si en verdad supimos y no sólo por medio de una comprensión mental, pero si supimos por un conocimiento personal que el Dios Santo, el Creador del universo esta aquí entre Su pueblo, podemos actuar y hablar una porción entera diferente que lo que hacemos hoy. Como he dicho antes, me ha molestado que haya así muchos que reclaman creer que Dios está aquí, y todavía viven como si no tuvieran una pista de Su Presencia Personal entre nosotros.

 

Dios es Santo, y ningún hombre puede ver a Dios a menos que ese hombre viva Santo ante Dios, porque Pablo nos dijo en hebreos 12: 14 “sin santidad ningún hombre verá al Señor.”  Así que no me diga que cree él está aquí y luego vivir una vida que no es digno del Evangelio. Eso solamente le hace a usted un hipócrita más grande, como el católico que va a confesión y dice tres aves Marías y cuatro padre nuestros para recibir su absolución.

 

Dios es Santo y aquellos que rinden culto a Dios tienen que entrar en Su Presencia en un estado de Santidad. Y todavía ningún hombre es digno, y nuestra rectitud son como trapos cochinos. Por eso, ningún hombre no tiene esa habilidad en si para presentarse como santo ante un Dios Santo.

 

De hecho Martín Lutero dijo, somos como estiércol, cubiertos por la nieve. Y encontramos al Hermano Branham diciéndonos la misma cosa en las siguientes palabras que dice en esta oración de apertura.

 

LA OBRA MAESTRA 64-0705 2 que Sabemos que somos pecadores y no – no merecedores de ninguna bendición. Pero entonces, cuando pensamos en Aquel que vino y tomó nuestros pecados, entonces cuando Su Sangre está allí, no somos – no somos nosotros en la Presencia de Dios, es El; sólo es nuestra voz a través de Su Sangre; Su Sangre está hablando. Oh, Dios, entonces limpia nuestros corazones de pecado e incredulidad.

 

De manera que vemos entonces no es lo que nosotros hacemos sino lo que ya ha sido hecho por nosotros por el don de Dios para nosotros, Su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Efesios 2: 18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

 

Inclinemos nuestras cabezas en oración.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Traducido por Hno. Mario Nina Q. Mayo de 2005 – La Paz Bolivia

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